Los conflictos laborales son situaciones problemáticas que pueden afectar la salud mental y el rendimiento de los trabajadores y trabajadoras. Pueden surgir por diversas causas como la falta de recursos, la sobrecarga de trabajo, la mala distribución de las tareas, la mala comunicación o un ambiente muy exigente. Por eso, es importante que las empresas y entidades detecten estas situaciones para prevenir el malestar de las personas trabajadoras, su productividad y su rendimiento.

Principales causas de los conflictos laborales

Causas que pueden dar lugar a conflictos laborales:

  • Falta de recursos: cuando los recursos para desarrollar el trabajo son limitados, puede haver descontento entre las personas trabajadoras, lo que puede ocasionar conflictos.
  • Sobrecarga de trabajo: cuando las personas trabajadoras asumen una carga superior a la correspondiente, esto causa descontento y estrés, cuestiones que pueden desarrollarse en conflictos.
  • Mala distribución de las tareas: cuando el volumen de trabajo es desequilibrado entre el equipo, es muy probable que acabe en conflicto, ya que las personas que tienen más trabajo pueden sentirse explotadas y tratadas de forma injusta.
  • Mala comunicación: tener una comunicación fluida y eficaz es clave para mantener un buen ambiente laboral y evitar conflictos, porque en caso contrario se pueden ocasionar malentendidos y obstáculos en el desarrollo del trabajo.
  • Ambiente muy exigente: situación habitual cuando se exige una carga de trabajo superior a lo asumible o los tiempos asignados para las tareas no son realistas. Este escenario hace que el equipo sea más susceptible a padecer conflictos por la situación de estrés, sobre todo si es constante.

Tipos de conflictos

Es crucial que la entidad identifique qué tipo de conflictos hay para poder preverlos y abordarlos cuando haga falta:

  • Conflictos estructurales: desencadenados por desigualdades entre la plantilla, con problemas en la división del trabajo y las responsabilidades.
  • Conflictos de relaciones: son debidos al desgaste de las relaciones laborales. Normalmente, están agraviados por la mala comunicación.
  • Conflictos de intereses: cuando una o más personas entienden que sus intereses están afectados por los de las otras.
  • Conflictos de valores: situaciones en las que los valores de las personas se ven enfrentados y al menos una de las partes intenta imponer sus ideas.
  • Conflictos de información: causados por rumores o informaciones falsas.

¿Cómo se pueden prever los conflictos?

Para poder prever al máximo los conflictos laborales, es importante tener en consideración las siguientes cuestiones:

  • Empatía: ponerse en el lugar de las compañeras es clave para evitar y/o trabajar los conflictos.
  • Organización clara en la entidad: tener definida de manera efectiva las responsabilidades y las tareas de cada puesto de trabajo ayuda a prever conflictos entre compañeras y responsables.
  • Buena comunicación interna: es crucial que haya respeto y educación entre las personas trabajadoras, así como una comunicación fluida y un espacio de confianza.
  • Establecer un espacio de diálogo: los equipos tienen que poder dialogar, negociar y llegar a acuerdos para evitar los posibles conflictos.

¿Cómo resolver los conflictos laborales?

A pesar de que se intenten evitar los conflictos laborales, no siempre es posible. Para conseguir acuerdos y soluciones es aconsejable seguir los siguientes pasos:

  • Detección del conflicto: es el paso fundamental para intentar llegar a acuerdos. Se tiene que hacer cuanto antes para reducir al máximo los daños.
  • Dimensión: es clave detectar cuál es la dimensión del conflicto, puede ser a escala interpersonal, afectando a dos personas o a un grupo reducido, todo un departamento o directamente al conjunto de la entidad.
  • Identificación de las personas implicadas: se tiene que definir cuáles son las personas implicadas, sea directa o indirectamente. Así mismo, es importante considerar las diferentes versiones de las personas implicadas.
  • Mediación: es el proceso de resolución de conflictos. Permite que las partes implicadas puedan comunicarse y expresar sus puntos de vista y argumentos con la figura de la persona mediadora. El mediador/a tiene la misión de facilitar el diálogo entre las partes afectadas, asegurando la equidad comunicativa, la libertad y la igualdad entre las personas locutoras.
  • Negociación: es un mecanismo esencial para llegar a una solución. Se exponen los intereses de las dos partes con el fin de llegar a una resolución positiva para todas las partes afectadas.
  • Solución: es crucial que todas las personas afectadas estén de acuerdo con la resolución del conflicto, puesto que del contrario es probable que vuelva a surgir el mismo conflicto o empeore.
  • Evaluación estratégica: se tendrá que hacer un seguimiento y una evaluación de la resolución del conflicto, para asegurar que realmente se ha solucionado. Así mismo, se tendrá que evaluar el proceso de la resolución para detectar posibles errores y mejorar.

Fuente: redactado por el equipo de Gestión Tercer Sector en Xarxanet

 

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