A pesar del amplio consenso social respecto al reconocimiento de la igualdad entre mujeres y hombres, es necesario implementar normativas en materia de igualdad para que se adopten medidas para conseguir una cultura organizativa más justa.
Para llegar a la igualdad social se debe garantizar que todas las personas pueden acceder a las mismas oportunidades. Sin embargo, todavía existen importantes desequilibrios entre mujeres y hombres que provocan injusticias e impedimentos para participar de los recursos sociales al alcance.
Todo el mundo debe gozar de independencia económica y de la libertad que comporta. La igualdad de género es rentable para la sociedad e implica la creación de valor. Para culminar este objetivo, las entidades sin ánimo de lucro, al igual que las empresas, tendrán que cumplir una serie de planes y medidas que permitan avanzar hacia una cultura corporativa más ecuánime e igualitaria.
En este recurso se repasan las principales obligaciones que tienen las entidades en materia de género.
REGISTRO RETRIBUTIVO
La obligación de tener un registro retributivo, de acuerdo con la asunción del principio de transparencia salarial legislado en el Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, permitirá a las organizaciones anotar las percepciones salariales otorgadas a todas las personas trabajadoras.
Este registro retributivo deberá consignar los datos retributivos de todo el personal de la empresa, sin excepción, incluido el personal directivo y altos cargos. Además, deberá permitirse su consulta a la plantilla por parte de las personas representantes. En el registro se hará constar, además del sueldo base, los complementos salariales y los incentivos percibidos.
AUDITORÍA SALARIAL
En esta línea, hay que tener muy en cuenta que a partir del 7 de marzo de 2022 se añade la necesidad para las entidades de más de 50 personas trabajadoras de realizar una auditoría salarial.
Esta herramienta permitirá captar la aplicación del principio de igualdad entre mujeres y hombres y, según los resultados de la valoración, tendrán que llevarse a cabo las rectificaciones que sean necesarias para conseguirlo.
Esta auditoría recogerá los datos relativos a las retribuciones, diferenciando entre los puestos de trabajo, tareas y el valor de estas posiciones laborales. También permitirá detectar las posibles divergencias salariales entre hombres y mujeres con las mismas funciones profesionales dentro de la entidad.
PROTOCOLOS PARA LA PREVENCIÓN Y EL ABORDAJE DE ACOSO SEXUAL Y POR RAZÓN DE SEXO
Se trata de uno de los protocolos y acciones que las entidades también deben tener en cuenta. Las personas trabajadoras tienen derecho a un entorno laboral seguro, saludable y libre de violencias. En este sentido, las entidades asumirán la obligación de garantizar un espacio en el que impere el respeto a la dignidad, intimidad y a la no discriminación.
También en este aspecto, la entidad deberá establecer mecanismos para prevenir y/o abordar los posibles comportamientos de acoso sexual o por razón de sexo o violencia machista que se puedan producir.
En relación a esta responsabilidad hacia la salud y estabilidad física y mental de las personas trabajadoras, la entidad deberá informar, formar y sensibilizar a su personal en cuanto a la existencia de este protocolo e implicar a todo el personal en su establecimiento y compromiso.
PLAN DE IGUALDAD
Adicionalmente, las organizaciones no lucrativas tendrán que comprometerse a llevar a cabo planes de igualdad. Se trata de un conjunto de parámetros a seguir para alcanzar la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres, y eliminar la discriminación por razón de sexo. Este documento es diferente para cada organización y es el resultado de su diagnóstico y trabajo en el seno de la entidad.
Se trata de avanzar hacia una organización laboral más razonable y equitativa. Por tanto, toda entidad de más de 50 personas trabajadoras estará obligada, a partir del 7 de marzo de 2022, a contar también con este plan.
Conseguir que la igualdad entre mujeres y hombres no sea solo un principio teórico y tenga repercusión práctica, debe implicar a toda la comunidad. En este sentido, las entidades deben tomar en consideración una serie de principios de actuación para realizar el cambio hacia una comunidad más paritaria con unas relaciones más honestas.
Fuente: Xarxanet