¿Has oído hablar del derecho a la desconexión digital? ¿Y del derecho al descanso? ¿Sabrías decir hasta qué punto desconectas del trabajo fuera de tu horario laboral? ¿Sabes los perjuicios que puede tener la hiperconectividad para tu salud? ¿Quieres conocer las principales medidas y buenas prácticas para garantizar la desconexión digital y velar por el bienestar de todas las personas vinculadas a tu entidad?
A continuación encontrarás una recopilación de los puntos clave que compartió nuestra compañera responsable del área de Igualdad y diversidad de Fundesplai, Sara Jiménez, en la formación ‘Desconexión digital’.
Si quieres recibir asesoramiento gratuito en materia de igualdad de género y diversidad sexual contacta con nosotros.
EL DERECHO A LA DESCONEXIÓN DIGITAL
Todas las personas trabajadoras, voluntarias y las que tienen alguna clase de relación con la entidad tienen derecho a no responder ni atender ninguna clase de comunicaciones fuera del horario laboral o de participación en cualquier actividad o proyecto sin ningún perjuicio. Este derecho establece unos límites al tiempo de trabajo o al acuerdo de participación de las personas vinculadas con la organización con el fin de respetar su tiempo libre fuera del trabajo y prevenir riesgos para la salud de las personas.
Según el artículo 19 de la Ley 10/2021, todas las entidades, independientemente del número de personas contratadas que tengan, están obligadas a implantar una política interna para garantizar el derecho a la desconexión digital. El derecho tiene origen en el artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1984 (ONU) que dice, «toda persona tiene derecho al descanso, a disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas».
Las sanciones por transgredir los límites de la jornada varían en función de la gravedad de la infracción al derecho, pero pueden llegar a ascender hasta los 187.000 € por faltas muy graves como la invasión de la persona trabajadora o su intimidad.
LA HIPERCONECTIVIDAD DIGITAL
La hiperconectividad digital es la exposición sistemática y prolongada en el tiempo a cualquier asunto relacionado con el trabajo fuera del horario laboral y, por tanto, de manera no remunerada y que perjudica la salud mental.
La incapacidad de desconectar del trabajo implica, a su vez, la dificultad para conciliar la vida personal. Afecta en mayor grado a las mujeres porque a la hiperconectividad se suma que mayoritariamente son ellas las encargadas de llevar a cabo las tareas domésticas del hogar y el cuidado de las personas.
La hiperconectividad puede resultar en riesgos psicosociales como la fatiga mental, estrés, ansiedad y otras enfermedades laborales como el síndrome de «burnout» o de agotamiento profesional que afectan directamente al descanso y a la calidad de la vida personal, social y familiar. Además, la hiperconectividad reduce la productividad de las personas y crea un ambiente de trabajo desfavorable, ya que instaura ritmos y dinámicas de trabajo excesivo que fácilmente pueden afectar a las personas que trabajan dentro de la misma entidad.
LA POLÍTICA DE DESCONEXIÓN DIGITAL
La política de desconexión digital aplica a todas las personas que pueden relacionarse con la organización: trabajadoras (incluido el personal directivo y el patronato), voluntarias, socias, de empresas de trabajo temporal, contratos formativos, a tiempo parcial, a distancia, etc.
La política debe establecerse que no hay perjuicio si no se da respuesta a mensajes, correos electrónicos o cualquier otra clase de comunicación fuera del tiempo de trabajo. Para ello, se debe determinar la disponibilidad de cada persona trabajadora, establecer el horario laboral y en caso de que sea flexible, poner límites de hora.
El documento tiene como objetivo evitar situaciones de conflicto y favorecer tener un equipo más motivado, productivo y comprometido. A la hora de elaborarla, es necesario hacer una evaluación previa de las características de la entidad y la plantilla, y poner especial atención a la equidad de género.
BUENAS PRÁCTICAS Y MEDIDAS PARA DESCONECTAR
- Realizar sesiones de formación y sensibilización sobre la protección y respeto del derecho a la desconexión digital y laboral.
- Cerrar oficinas o limitar el acceso al servidor de trabajo de la entidad (luces apagadas).
- No emitir comunicaciones ni exigir respuesta fuera del horario laboral.
- Programar respuestas automáticas, durante los periodos de ausencia y derivar el correo a las personas que sí estén trabajando.
- Alejar las reuniones y formaciones de los extremos de inicio y fin del horario de trabajo.
- Que si se ejecutan actividades fuera de horario, la presencia de las personas será voluntaria.